Corren malos tiempos en la enseñanza y educación, producidos por tantos "recortes" y no se iba a librar de esto, ni mucho menos, las escuelas taurinas.
Esta vez le ha tocado el turno a la Escuela Municipal Taurina de Espartinas, cuyo director (Antonio Ruiz "Espartaco Padre") ha anunciado el cierre de esta por desaveniencias con algunos padres.
Dicen, que también ha tenido que ver la falta de subvención municipal, lo que ha originado esta decisión, pero permitanme que dude al respecto y que sea la opción A la que haya llevado a Espartaco padre, a esta dificil situación.
No es la primera vez que escucho por boca de directores de escuelas taurinas, las dificultades que encuentran a la hora de "educar" o "enseñar" a los alumnos.
En el toreo, como en otros muchos menesteres ha sido un factor importante, el respeto, virtud que desafortunadamente escasea en los chavales de hoy que quieren ser toreros.
No se respeta al maestro, no se atiende a razones, por que la cabeza no está puesta en el toro, suelen ser flor de un día, que un día alguien le dijo; "Tu tienes que ser torero".
Si a este coctel le añadimos la figura del padre "sabelotodo" que incluso pretende dar clases de toreo al maestro ya retirado y cosido a cornadas, "apañaos" vamos.
Sabia la decisión de Antonio Ruiz de seguir impartiendo clases de tauromáquia a título persona y privado, así solo quedaran las manzanas sanas en el canasto y las podridas, apartadas para siempre.
Si esto fuese como el tenis, donde el progenitor invierte en su vástago para que el día de mañana, emule a los Nadal y compañía, otro gallo cantaría, y otro padre desistiría de querer hacer a su niño torero.
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